Mitos y Verdades



MITO:
Cyril Makanaky (exjugador camerunés) enterró un perro muerto en la cancha del Monumental y a partir de ahi hay una maldición en Barcelona que no le permite quedar campeón del torneo local.

VERDAD:
A partir de su segunda final en Copa Libertadores, la dirigencia de Barcelona pensó que tenían al mejor club del universo y despilfarraron dinero pensando que nunca se les iba a acabar, comprando cualquier pendejo que les sugirieran, considerando el mágico hecho de que ponerse la amarilla camiseta del equipo era garantía de que se jugaría bien.

Hasta el día de hoy, no cambiar esa mentalidad no les deja corregir un equipo tan malo.

Cyril Makanaky.





MITO:
Si una persona se concentra en mirar a alguien durante un lapso de tiempo prolongado, esa persona te devolverá la mirada directo a los ojos.

VERDAD:
A cualquier persona le llamaría la atención que un meco lo mirara por mucho tiempo




MITO:
Heath Ledger murió porque se metió mucho en el papel del Joker y se mató de loco.

VERDAD:
Fué asesinado por las hermanas Olsen, yo lo vi.









MITO:
Los hombres podemos vestir de rosado sin ningún problema.

VERDAD:
El rosa es un color sumamente femenino.









MITO:
El cuadro de la Ultima Cena de Da Vinci es una simbología de que Jesús tuvo mujer y existe una descendencia hasta el día de hoy.

VERDAD:
El Código da Vinci es solo una puta novela literaria y la gente es pendeja.





MITO:
El tamaño del pene en el ser humano es proporcional a la talla del pie que calza.

VERDAD:
Falso, de hecho, en mi caso da más.




Mi encamador pene, calzo 45.





MITO:
Las mujeres de la Sierra poséen traseros de poco volúmen

VERDAD:
¿A quien le importa el sexo anal interandino?









MITO:
Si te pica la oreja es porque alguien está pensando o hablando de ti.

VERDAD:
A nadie le interesas.











MITO:
El lolicon y el hentai no incita a las perversión y son muestras artísticas de la cultura japonesa.

VERDAD:
Lo cierto es que, si bien la cultura japonesa es muy particular en comparación al resto del mundo, el hecho de que no exista un alto índice de violencia en ese país solo confirma que el ciudadano promedio desahoga sus más bajas depravaciones en comics y fantasías animadas.

Más claro, el anime debería ser prohibido.