Ofrezco mis servicios de profesor

El otro día me encontraba recontra chiro, sumamente chiro, absolutamente chiro. Llevo ya varios meses desde que dejé el oficio de vender cadáveres desde los hospitales. Como entenderán, mi situación no es para nada fácil.Como habrán notado en un artículo anterior que escribí, no se me hace para nada complicado ejecutar cualquier tipo de cachuelo. El único detalle es que estos últimos meses del año sólo me inspiran vagancia y más vagancia.





A mi puerta llegó una señora a preguntarme si sería posible que yo le diera unas clases de nivelación a su hijo de 8 años.
Les confieso que soy un mal profesor. Alguna vez escribí que me encantaría ser el encargado de evaluar a los maestros de la UNE para someterlos a torturas mentales que no se hayan visto desde las épocas de Auschwitz, pasando por acertijos egipcios, entre otros ejercicios para la mente. Todo por el bien de la educación que es eso que tanto anhelo para mi país.
Así que, como comprenderán, qué paciencia le iba a tener yo a un niñito de 8 años.
Lo cierto es que me ofreció buena paga a cambio de que lo pusiera al hijo en un nivel pepa para dar exámenes. Si están pensando en que la señora esa me pagó con servicios sexuales, les informo que no era mi tipo, y por eso no me quedó más que aceptar la paga.
Ahora bien, en lo Encamador que soy, tenía a mis disposicion toda una colección entera de Enciclopedias de todas las ciencias y disciplinas. Le enseñé tambien el gimnasio que tengo, los archivos desclasificados de gobiernos anteriores a Sixto Durán Ballén, por si quería saber de los orígenes de la democracia en Ecuador.
Pensé que quería saber de agnosticismo y el Universo (creo que todo chico debería conocer acerca de el lugar donde existe, digo yo) y abrí la pared falsa para mostarle mi biblioteca con los libros de Stephen Hawkin, otros de Relatividad de Einstein, El Origen de las Especies de Darwin, y otros más de Física.
Y por qué no, llevarlo a mi centro de mando para enseñarle mi página, que tambien es una rica fuente del saber.
El niño me dijo que sólo quería saber los verbos en Inglés.
Experimenté por dos horas lo terrible que es ser padre. Ese muchacho, por más que le explicaba, no entendía la maldita y puta conjugación del verbo "to be" en presente y pasado. Me recontra cago en los verbos irregulares.
No me prestaba atención, se distraía hasta por el volar de una mosca. No podía pegarle porque tenía que devolverlo como me lo dejaron. Era una desesperación tal, que terminé despeinado, pero al final, el muchacho terminó aprendiendo hasta a cantar en inglés conmigo.
Hoy me enteré que sacó 18 en su lección de Inglés; un éxito si tomamos en cuenta que cuando acudió a mí, era porque sus calificaciones no pasaban de 12.
Su familia, en agradecimiento me enceró la casa, arregló mis muebles, me ofrecieron dos gallinas, mucho pan y fundas leche, y me dijeron que si necesitaba transporte algún día, no dudara de pedirles que me lleven en su camioneta Ford.
Es por eso que repetiré aquí lo mismo que reza el letrero que colgué en la ventana de mi casa:
"Se nivelan estudiantes: Ofrezco servicios educativos para alumnos con problemas de rendimiento. Exito garantizado. Métodos de aprendizaje infalibles. Facilidades de pago".
Ya quiero que vengan las chicas quedadas en Computación.