El 30 de Septiembre

¿Dónde estuviste ese 30 de Septiembre?

Curiosamente suena como la épica pregunta que allá en Estados Unidos se hizo ante los lamentables atentados del 11 de Septiembre, pero vale formularse la pregunta aquí y ahora, porque es ahí y justo ahí lo que marca la diferencia entre lo que es fácil y lo que es correcto.



Fácil es decir que el presidente ecuatoriano Rafael Correa estuvo secuestrado en un hospital de la policía en Quito, que como a todos los socialistas revolucionarios, les encanta hacerse el mártir frotándose las manos y remojándose los labios pensando "a qué hora me hacen un Golpe de Estado", mártir como el meco del Ché Guevara o Hugo Chávez.

Fácil es cumplir mostrando en la televisión del país lo que está sucediendo. Claro, todos los canales estaban "cubriendo" la situación... retransmitiéndo la única señal: la del canal del Estado.

Fácil es ganarse el tierno corazón verde de los correístas que, sin importar qué se obstruya en el camino, acuden al llamado de auxilio de su Majestad el Lord Rebel Presidente con una épica frase que quedará para la historia:




Fácil es para los policías quemar llantas y hacer equipo con los pandilleros del Aguirre Abad y Vicente Rocafuerte de quienes aprendieron muy bien el bello arte de hacer relajo estúpido, huelga decir que al hacer paro obviamente no estaban trabajando en sus respectivas funciones: estar cuidando a la ciudadanía de la delincuencia.

Pero... ¿Dónde estabas el 30 de Septiembre?

¿Fuiste de esos infortunados estudiantes que viajan muy temprano en la mañana desde otras ciudades de provincia y te asaltaron inmisericordemente?

¿Eras un dueño de almacén o mercados que fue saqueado por el lado más imbécil, cancerígeno y tercermundista del pueblo: los ignorantes reguetoneros sin futuro?

¿Tu y tu familia estuvo realmente secuestrada en tu casa desde horas de la tarde no por un marica Estado de Excepción sino porque nadie estaba cuidando tu seguridad como ciudadano de este país, secuestrada por la inseguridad ya existente con policía pero desatada sin ella?

¿Te tocó informarte bien de la realidad a través de Internet y métodos informales porque simple y sencillamente no te parecía fiable que no te estuvieran informando en la televisión sino transmitiendo una cadena política nacional cortesía del ECTV en absolutamente todos los canales, y cabe decir que le dejó el trabajo más profesional y arriesgado (ahi si) a los canales que siempre persiguió ya a la hora del enfrentamiento a balas entre Espoli y Nacional *perdon* la Policía y el Ejército?

La gente encargada de tu seguridad, mijo.

¿Aún estabas atrapado en el enfrentamiento a balas dentro del hospital de la Policía mientras en ese mismo momento Rafael Correa celebraba el final feliz de la película?

¿Eres familiar de alguno de esos policías que, o fueron atropellados, o fueron heridos, o del que murió en el tiroteo, o de cualquier otro del resto que estaba protestando por una reforma de ley que no habían leído, como todo buen macho ecuatoriano que pasa de año a punta de 13 y 14 pero un arrecho por portar un arma?

Porque te digo una cosa, al Presidente que estaba tan desinformado como nosotros, le valió un pepino lo que te pasaba. Entonces, con lógica justa, a mi tampoco me importaba lo que le pasara. Total, él y yo sabíamos una cosa en la que estábamos de acuerdo: los policías son muy maricas para derrocarlo, peor para atentar contra su vida.


En cambio el Ejército Ecuatoriano, un bacanal.


Con una Policía así, yo también iría cojo, sin protección y sin un plan de solución a dar pecho pelado, como esos flaquitos revoltosos en el colegio que aún cuando no lo estas agarrando dice "Cógeme cógeme que a éste le parto la trompa".

Hay mucho más de puedo decir, pero este artículo no me bastaría. A diferencia de lo unilateral de ayer, me detengo aquí y procederé a responder en comentarios abajo, como debió ser. Carajo, es increíble que desde mi página actúo mejor que mi Presidente.

Pero si me lo preguntan, lo del 30 de Septiembre ni se pareció a un rico Golpe de Estado. Fue una Policía de mierda, y un Presidente que la embarró como con ventilador. Fue el Resident Evil del valeverguismo, donde salió el natural lado inmoral de la policía, el Gobierno, y lo peor de todo, del pueblo mismo.