Mis mascotas son una huevada


No soy Ace Ventura, ni el Encantador de Perros, peor Tarzán (por lo tanto, mi mamá no es la mamá de Tarzán). Mi desprecio por la vasta cantidad de seres humanos ni siquiera debe ser considerado como tal, debido a que también hay animales que desprecio, como lo son justamente las mascotas que he tenido o que aún poseo.

Cuando sea Emperador de la Tierra, estos son los animales que deben tener a consideración antes de tratar conmigo. No vaya a ser que se equivoquen en sus tributos hacia mi.

NO SOPORTO LOS CONEJOS:
Son animales del diablo. Fíjate en sus ojos, rojos, llenos de rabia, quieren matarte con sus dientes. Sospecho que son carnívoros agazapados que han ocultado su gusto por la carne humana durante milenios.
Tuve uno cuando era niño, no pudo defenderse de mi Rottweiller. No sirvió como mascota.



NO ME GUSTAN LAS TORTUGAS:
Si bien algo indispensable para habitar mi casa es que no hagas ningún ruido, por alguna razón la tortuga me molesta. Fui muy fan de las tortugas ninja, pateaban culos y poseían armas de asalto, pero cuando descubres que en realidad una tortuga es lenta, aburrida, monótona, rutinaria y hervíbora, uno simplemente se lleva una gran decepción. Quisiera que sean humanoides ninja para que me sirvan de mascota-guardaespaldas.
Poco me importa que una especie de tortuga Galápagos se extinga, es igual a todas las demás.
Las tortugas valen verga.

LOS PERROS:
Odio los perros. El humano lo ha mal acostumbrado a que tiene privilegios y tratos por encima del hombre, todo porque deriva de un lobo homosexual que un día salió del closet de su manada, cambió el noble hábito de cazar y comer carne para volverse omnívoro (hipster) y se juntó con el homo sapiens sapiens. Maricón sabido.

Mi perra se llama Layla y es una desgracia. Es puta. Sale todas las noches a tirar con los perros del barrio, regresa en las madrugadas a echarse a dormir y en las tardes espera a que le sirva la comida. Es una pitbull que deshonra a la familia. Me he dado cuenta que come cosas más caras que yo. No es justo. Lo peor del caso es que cada año, debido a su excéntrica vida sexual, tengo que estar lidiando con sus preñaderas y sus cachorros, que es el único tiempo del año en que no está en la prostitución canina.

Perra puta.

LOS CARACOLES
Son los animales que menos odio, porque se acerca a mis exigencias de calidad de vida sobre una mascota. No hacen bulla, no comen demasiado, no estorban, y no consumen drogas. Hablaba muy bien de los caracoles, hasta que por dejarlos libres, me babearon la casa entera hasta el techo, con muchos caminos babosos.

Los caracoles son una mierda.


LOS MOSQUITOS:
A veces quisiera tener un lanzallamas para incendiar todo y tan solo ver como los zancudos caen incendiados en pequeñas bolitas de fuego y poder dormir tranquilo.


LOS PERIQUITOS:
Al ser enemigo de las palomas por su poco nivel intelectual, opté por domesticar periquitos. Los periquitos son atractivos a la vista, pero nada más. Fuera de eso, ¿Qué chiste tiene una mascota que no se deja agarrar y apenas tiene una oportunidad se va volando lejos de la casa? Al menos las gallinas sirven para el caldo y se dejan agarrar.

LOS CERDOS:
No hay animal que haga tanta bulla al sacrificarse que el chancho. La carne de cerdo podrá ser muy deliciosa y apetecida, pero quisiera que los maten bien lejos de mi casa para no escuchar el escándalo que hacen mientras les abren el cuerpo. Si escucho al cerdo chillar horrible al morir, me daña la comida.

LOS ANTÍLOPES:
¿A quién carajos le importa los antílopes, los ñus o los ciervos?

LAS RATAS Y LOS RATONES:
Todos deben morir. Cuando un ratón entra a mi casa, entra a morir. Yo soy de los que se queda estático 4 horas en medio de la noche vigilando en una esquina oscura de la casa esperando que pase un ratón que ha estado fastidiando. Los piso con la zuela de mis zapatos, los golpeo en el aire como si fueran pelota de béisbol. Muerte a todos los ratones, en eso estoy de acuerdo con los gatos, lo que me recuerda...

LOS GATOS
Odio los gatos, no necesito dar más explicaciones, todos estamos de acuerdo en que los gatos deben ser detestados.

LAS SERPIENTES
Los confundo con mojones vivientes.

LOS COCODRILOS:
Siempre te sonríen con un trollface. Me parece una falta de respeto.



LOS FLAMENCOS:
Gays de la naturaleza

LAS BALLENAS:
Mamíferos reprimidos que abandonaron la tierra por cobardes y se internaron en el mar, aún cuando no tenían aletas. Qué bajo.

LOS CABALLOS:
¿Han visto cuánto caga un caballo? ¡Carajo!

LAS BATCERIAS:
Si solo los puedo ver por microscopio y solo producen enfermedades, no me sirven de mascota.




Me desagradan casi todos los animales de la naturaleza, por sus olores, sus formas y sus comportamientos. Sería inaceptable que cualquiera de los bichos de la naturaleza habitara en mi casa en calidad de mascota. Sin embargo, hay uno, y solo uno que en verdad no me desagrada. ¿Quieres saber cual es?


Es el tiburón. Qué arrecho ese animal. Por encima de la pirámide alimenticia, nada lo jode. Da gracias de que solo pasa en el mar y no vuela, porque no hubiese permitido que el mono pensara, o que los dinosaurios cogieran vuelo. Es una lástima que el celebre Megalodón ya no exista, porque debió ser el animal más arrecho del mundo. También es una lástima que el tiburón más grande en la actualidad se desperdicie comiendo plancton y camarones pequeños, pero bueno, debe ser Straight Edge y abstemio.