El éxtasis de ver Osama Bin Laden muerto.

¿Por qué no se embarran la cara como yo? ¿Por qué me señalan de extraño, cuando los de comportamiento anormal son todos ustedes que me leen? ¿Por qué no cambiamos puestos y yo me dedico a sus miserables trabajos y ustedes se sientan aquí donde yo estoy? Es que ustedes no son tan diferentes a mí; todos deberíamos encerrarnos en un manicomio gigantesco, porque ya no hay diferencia entre estar orate y ser normal.

Todos nos enteramos de las noticias de la noche, cuando con bombos y platillos las fuerzas estadounidenses daban la gran buena nueva (Sí, algo así como la resurección de Jesús): Que Osama Bin Laden, fundador de Al Qaeda y por siempre principal sospechoso de ejecutar los atentados del 11 de Septiembre, fue muerto por balas gringas en Pakistán.

¿Ya y?

Esas insufribles ganas que tenía el ciudadano promedio de Estados Unidos de salir a las calles a celebrar que mataron a un mísero, pequeño e insignificante musulmán más de los millones de barbudos ojerudos que hay en la vasta area de Medio Oriente. Sí, era Osama Bin Laden, el famoso, pero ¿Saben? Realmente era solo el fundador de Al Qaeda, de hecho, en todos estos últimos años no ha hecho mucho de terrorismo que digamos, y si me lo preguntan, es increíble que un tipo que viste más harapiento que la vieja puta de mi vecina haya planificado el atentado más grande en la historia. 

Piteado.


Pero henos allí, saliendo a las calles, gritando vivas porque mataron a Osama (tal vez sin querer, sin en realidad buscarlo) como queriendo vengarse cuando el pueblo musulmán salió a las calles porque dos aviones tumbaron las Torres Gemelas.

Ojalá que no me vuelvan a criticar cuando me burle de cualquier otra tragedia, porque en serio, les voy a meter el puño por el culo.

Así que, puedo permitirme varias cosas, como por ejemplo:


Pensar que ahora Osama Bin Laden está junto al pendejo de Alá, con  70 muchachas cocos de quince años con la panocha bien empapada, lo cual me lleva a pensar quién mismo terminó feliz en este cuento.

Imaginar que ahora está junto a Cell, Freezer y el resto de las fuerzas Gi-Nyu, observando todo desde una bola de cristal, esperando que Gaddafi cobre venganza.

Opinar lo raro que me parece que con un presidente negro (bueno, no tan negro, desde como lo ve mi retina) se logra el objetivo de la invasión a Medio Oriente.

IMAGEN FUERA DE TEMA: Pero son cosas que tengo que presenciar en Ecuador.


Decir lo cojuda que se ve la gente alegrándose porque Osama ha muerto, si nunca recibió castigo. La muerte no es un castigo. Pero claro, ese es el estilo gringo de la justicia.

Que Odín es más arrecho que Alá.

Que Kurt Cobain era un bacán hasta que se se voló la tapa de los sesos de un cartuchazo, volviéndose un pendejo ante mí, como todos los suicidas.

Que Barcelona, equipo que supuestamente necesita de entrega, garra, coraje, determinación, valor y todas esas cosas, trae a Alex Aguinaga de director técnico, cuando por lo dicho anteriormente lo que necesitan es a Jackie Chang como director técnico. Les repito que el fútbol en general me sabe a mierda, si es que piensan que soy hincha de algún otro equipo.

Que EasyNet es la empresa proveedora de Internet más puta del Ecuador, con un servicio de mierda que irrespetan a sus clientes dejando burladas las quejas que uno deja. He denunciado hace dos meses la avería en mi conexión y estos hijos de puta son incapaces de venir a mi casa a arreglar. Llamé para reclamar el por qué han ignorado mi queja, y solo me saben decir cínicamente que "mi reclamo si consta en sus reportes, y que si lo puse hace dos meses" ¡YA PUES CHUCHA, QUÉ ESPERAN!

Que si creen que soy humorista, se confunden, si los hago reír no ha sido con comedia, genero otra clase de contenido que coincidencialmente también los hacer reír. Es algo así como creer que me fascina Twitter, lo cual es ilógico porque todo por lo que me conocen viene de esta página que estás leyendo ahora.

Que el cangrejo debería extinguirse por ser un animal asqueroso, sucio y que sabe horrible.

Que no me gustan los artistas ecuatorianos, a menos de que hagan bien lo que hacen.

Preguntarme hasta cuándo la gente va a quejarse del calor de Guayaquil, un calor que existe desde más atrás de la época precolombina, pero que sólo hoy, en un mundo de hielo en congeladores, fastidia. Siempre me parecerá valeverguista ver a una muchachita con un abrigo negro hasta el cuello quejarse del calor en el mediodía. Si de verdad les fastidia vivir así, sáquense las blusas y anden con media teta afuera.

Que me dio risa ver lo destripada que quedó Lady Diana en 1997. 

Que los judíos y los barcelonistas tienen algo en común: Que donde quiera que vayan siempre te van a restregar el pasado en la cara, aún cuando eso ya fue superado o no tiene efectos en nuestros días.











¿Te pareció ofensivo o al menos molesto alguna cosa que escribí? ¿Te sorprendió un poco que toqué unos temas que no tenían nada que ver con el título de este artículo? Bueno, soy profesional haciendo esto. Acostúmbrense, porque solo estoy actuando igual que ustedes.

Embárrense la cara como yo y lo entenderán.