El Otro Día Hice Algo Imperdonable

En situaciones donde las decisiones se deben tomar en cuestión de segundos, la historia te juzgará como un héroe o como un total negligente. El lapso tan corto de tiempo es tan injusto que te entregas de brazos abiertos al azar, encomendándote para que lo mejor suceda. Hay veces en que se debe escoger entre lo que es correcto y lo que es conveniente.

Pero cuando tuviste todo el tiempo suficiente para evitar cagarla, uno simplemente no tiene perdón de nadie.

Es justamente eso lo que me pasó el otro día.

Caminaba tranquilamente por la calle, porque tenía acordado ir a hacer unas diligencias sumamente importantes. No estaba a mucha distancia de mi casa, cuando un par de señoritas se dirgían en sentido contrario hacia donde yo caminaba. Aparentemente estaban extraviadas, o por lo menos buscando alguna clase de dirección o lugar. Lo deduje porque ponían esa cara de perdidas mirando hacia los techos y las direcciones en los letreros.

Debo destacar el detalle de que este par de señoritas eran muy hermosas. De hecho, no es común ver mujeres así por aquí, por lo que creí que eran gringas, o europeas, debido a su blanquinoso tono de piel y unas largas y doradas cabelleras. Vestían muy agradable al ojo varonil. Eran más o menos asï:





En efecto, comprobé que eran gringas porque se me acercaron y me hablaron así:

"Uhm, hi, uhmm nosotras estar buscandou ehm a travel agency"

En eso sacaron un pequeño librito que era un diccionario inglés español.

"Una agencia de viajes... because queremos mi amiga y yo viajar a Galápagos. Salimos en dos días y no tener un lugar donde dormir o pasar la noche. Nosotras andar solas...¿Donde, ehrmmm, haber un lugar para pasar la noche?"

Yo, todo caballeroso, le indiqué a las hermosas muchachas de una agencia de viajes no muy lejos de donde estábamos, donde seguramente también les ofrecería un hotel donde hospedarse. Paré un taxi, y le indiqué al chofer que llevara a las jovencitas a la dirección que le dije. El hombre que manejaba el taxi al darse cuenta quienes eran sus pasajeras ni propuso un precio para el viaje, lo cual me pareció extraño. El par de gringas subieron todas coquetas y alegres al auto, el chofer tambien pelaba los dientes.

Mientras ondeaba mi mano despidiéndome de las gringas y veía alejarse al taxi, me puse a reflexionar un poco:

"...dos gringas buenotas, solas, y no tenían donde dormir. Y yo vivo solo en mi casa".





Me quema el alma. Siento que todo lo que he venido pregonando en ésta página y antes lo he embadurnado de diarrea amarrilenta, como la mantequilla. Quisiera estrangularme con una soga de esas que se usan en los buques. Quiero estrangularme el pene.

Me siento tan miserable que dormí arrodillado al pie de la cama, despues de pasar gritando con la cara presionada contra el colchón.

Quisiera parir un clon mío ahora mismo, duplicarme como los Agentes Smith en Matrix, sólo para entrarme a puñetes a mí mismo. Humillarme y gargajearme frente a un auditorio lleno de mis ex-novias. Me merezco una tortura como las que se veían en Rambo III.

La vengo cagando tanto, que en mi profunda frustración llamé a la chica con la que estoy empezando a salir para desahogar las razones por la que me siento basura, y me mandó a la mierda.

Subí a lo más alto de la antena de Ecuavisa en el cerro, y grité a todo pulmón.

hgjyvubnr56<== eso fué un puñete que le dí al teclado.

No puedo creer que pude haber tenido una de las experiencias mas tucas de mi encamadora vida con un par de gringas en la soledad de mi casa, y todo lo arruiné por andar hecho el caballeroso. Me cago en la puta a la infinita potencia, maldita sea.



No hay forma de purificarme y sacar esta sensación de que la cagué totalmente. No tengo perdón de nadie.