Carta Abierta a Chichico



Chichico.

Eres el enlatado más pobre y rutinario que me ha tocado tragar desde los personajes de Ni En Vivo Ni En Directo en su era post Galo Recalde. Hasta el personaje de Felipe Vera en el clásico Mis Adorables Entenados era más entretenido que tus rutinas.

Chichico, sé que no es tu culpa, sigues un guión que alguien más ha escrito. Que esto es mero entretenimiento y que ni ustedes ni yo sufrimos por comedia, pero la diferencia entre tu club de creativos con Macs y yo, es que a mi sí me importa mi audiencia, que bajo ningún concepto la tomo por cojuda, que procuro sorprenderlos con algo y estremecerlos, en lugar de cruzar los dedos para que alguna cojudez bien pronunciada los haga reír, como cualquier melodía pop repetitiva que científicamente está comprobado que se entierra en la mente y es jodido sacarlo.

Chichico (porque sé que te gusta que te llamen así), estoy enfermo y cansado de que tú salgas en cuanto comercial puedas, prostituyendo tu ya deteriorada imagen vendiendo los peores servicios de este país. Lo anterior mencionado es una prueba más de que tú y tu gente trata a la gente de estúpida, borrega, foca, subestimando su inteligencia, porque así es vuestra fórmula del éxito.

Verás Chichico, eres más imagen que sustancia, eres más figura que contenido. Eres Justin Bieber, eres Miley haciendo twerking, eres un preservativo de color.

El humor blanco murió, tu tiempo pasó hace mucho, tú no tienes lugar en este infierno. Púdrete bien abajo, Chichico. ¿Pero sientes que esto no puede terminar peor? Pues puede ser. Puede ser que mi camino de odio me conduzca a superar la cojuda adversidad, que se revolucione el buen gusto de este jodido país, que un micrófono caiga en mis manos y con un par de carajazos y buen humor negro, destruya la destrucción que tu club de creativos hace cada que believers les aplauden.