Carameleros

El bus no se detiene por completo, y sube un tipo que no paga pasaje sino que evade el sensor. Los expertos dicen que si la funda es negra, casi vacía y son más de uno, es asalto seguro, pero todos los buenos y malos son: Carameleros.




Estoy fastidiado del repetido y trillado cantar de todos los carameleros. No es necesario que lo escriba aquí, si alguna vez te has subido a cualquiera de las 140 líneas de buses de Guayaquil sabrás rezar perfectamente y de memoria la oratoria de los carameleros.

Vamos a cuestionar algunos puntos:

-Yo no me trago eso de que estos sujetos vivan y dependan económicamente de la venta de caramelos. Es posible que tenga alguna clase de ingresos si son para su uso personal, pero cuando dicen que mantienen familias enteras a punta de dulces, simplemente no lo creo.


-¿Quién redactó el discurso ese de los carameleros? ¿Cómo es que todos se lo aprenden? (Bueno, yo también me lo aprendí, pero por que lo repiten todos los días) Me refiero a ¿Existe una escuelita de los carameleros, donde mandan planas para repetir el monólogo?


-¿Por qué lo ofrecen asiento por asiento? Hagan como lo hacen todos los demás comerciantes informales: Anunciando su producto, a ver si alguien se interesa. Oh pero ya sé por qué se esmeran en ponerlo en nuestras manos: Porque son caramelos, y nadie quiere caramelos. De todos los productos rentables en el campo mercantil, escogieron el más estúpido.

Les recomiendo algo, sean más creativos, porque se van a morir de hambre si siguen así. Les doy una idea: Bailen el Caramell Dansen



Baile de mierda.