Es normal que me lleguen mensajes insultantes y ofensivos. Toda esa gente no sabe que indirectamente trabajan para mí, engrosando mi razón y haciendo llorar a un ángel por mecos.
El otro día mientras levitaba a 5 centímetros del colchón de mi cama, llegué a un brillante logro del pensamiento humano: Todo se lo debemos a la vagancia.
Lo deprimente de la existencia es que solo hay 2 cosas que son importantes: comer y vivir. Todo lo que no sea alimentarse y sobrevivir no tiene relevancia alguna en el Universo, por lo tanto no es obligación. Eso incluye videojuegos, música, sexo no reproductivo (si, maldita sea, qué huevada), fé, fútbol, el proceso reproductivo de las ballenas jorobadas, ganar suscripciones en YouTube, conspiraciones contra el Papa, la Gran Mancha Roja en Júpiter, y un infinito etcétera.
¿La humanidad está avanzando? Por supuesto, porque no hay nada más que hacer. En el nombre de la vagancia se han hecho grandes obras.
Las pirámides de Giza, en Egipto. Un interesante monumento que hicieron... porque no había nada más que hacer. |
Responder a la pregunta de que si Dios creó el Universo le tomó a la humanidad billones de dólares. Y la respuesta es de sólo dos letras. |
Uno tiene sexo en sus ratos libres. Nadie puede discutir ese hecho. |
Me encanta el chiste, el humor. La creatividad, la literatura, el ingenio nació del no hacer nada, de no saber qué hacer. El otro día me escribieron que yo, como casi toda la gente que anda en Internet, soy un ser desocupado que no tengo nada que hacer y por eso lleno mi página de artículos manifestando mi indisciplina autoimpuesta.
Es gracioso que en el momento que me escribieron eso era la 1 y 10 de la mañana, lo cual me lleva a pensar que este sujeto debe creer que no me ocupo en llenarme de intelecto y que escribir me toma 23 horas y dejo de comer por hacerlo.
Loor a la vagancia, madre de todas las ciencias y artes que inventamos para engañar la falta de propósito. Si no sabes apreciar arte y belleza cuando lo tienes en la cara, mátate que me estás quitando oxígeno que necesitaré.
San Odio y Santa Vagancia, patronos del Encamador.
¿Ahora sabes por qué hay que disfrutar de la vida? ¿Ahora sabes por qué los pasatiempos son tan bacanes? ¿Ves que los placebos sociales son la única razón por la que todo sigue siendo "normal"? Bienvenidos a mi infierno.