Encamadora felicidad.

Buscar la felicidad no es algo malo. Lo malo es tener que matar en la guerra para obtenerla.











Lo malo es olvidar la dignidad y dejarla botada en el cajón donde también guardas las cartas que te recuerdan los viejos buenos tiempos para obtener la felicidad.



Lo malo es tener que invadir un país petrolero que tiene una cultura totalmente distitna a la que tu llamas normal, con tal de darle la felicidad a tus ciudadanos de tener autos rodando y calefacción en invierno.



Lo malo es la puta necesidad de hacerse pedazos bebiendo cerveza, ron o cualquier alcohol para agarrar valor y no sentir vergüenza de la ridiculez que estás haciendo para sentirte feliz.




Lo malo es tener que aplastar a tus amiguitos de internet para darte esa sensación de superioridad personal que la relidad no te la facilita para obtenerla.



Lo malo es mentir a tus padres, a tus hermanos, a tus amigos, a todos los que te quieren y confiaron en tu honestidad para obtenerla.



Lo malo es aguantarse las ganas de estrellarle la cara contra el piso y mandar a la verga a quien está equivocado, solo porque estás feliz de que esa persona tampoco lo ha hecho contigo.





Lo malo es convencer a medio millón de idiotas que tu música es buena, por mucho que evitas que se den cuenta que tú de música no sabes ni un carajo, solo para obtenerla.



Lo malo es vivir aferrado a algo inexistente como un Mesías que es la copia de uno de otra religión, que nunca existió, nadie lo vió, nunca vendrá, todo porque es lo único que te mantiene cuerdo en este demente mundo, todo porque te prometieron que serás feliz.


Lo malo es tener que drogarse hasta perder el juicio porque sobrio y sano eres un miedoso incapaz de hacerle frente a la vida, todo porque quieres ser feliz.



Lo malo es invadir un terreno baldío donde nadie sabrá que estás allí y quizás nadie te ayudará, haciendo vivir a tu pobre familia en un lamentable estado, por una estúpido sentido de felicidad.


Lo malo es tener que abandonar tus principios, todo por lo que luchaste, el estudio que tanto buscaste, por un puñado de dólares que te traerán felicidad.



Lo malo es disimular que no eres homosexual, fingiendo que te acuestas con todas al mismo tiempo, solo porque te hace feliz que nadie sepa la verdad.



Lo malo es el dolor de martillarse la nariz, abrirse las tetas para insertar globos de silicona, perforarse los glúteos para aumentar el tamaño del culo, dejar de comer normal por alcanzar la felicidad.



Lo malo es arriesgarse a que antes de abordar el avión, agentes de la Interpol con perros inmensos te descubran con kilos de droga que esperabas entregar en Estados Unidos para que con la paga tuvieras felicidad cuando todo termine.



Lo malo es preferir callar para no meterte en problemas, porque así estas feliz.



Lo malo es cuando ya no te puedes salir, porque te matarán si ahora quieres ser feliz sin problemas.


Lo malo es dejar morir a ese bebé que se engendró por una cojudez tuya, así todo vuelve a ser como antes.



Lo malo es exterminar a esos indios que justamente viven encima de un yacimiento de petróleo, de tantos barriles de petróleo que si los vendes todos serías feliz.



Lo malo es que se te olvide lo que haría feliz a esa persona que tienes al lado.



Lo malo es que te cuesta horas de sueño, espacio en el disco duro y una planilla muy alta de luz.



Lo malo es que comerla tanto, a la larga, lo más probable es que te produzca una enfermedad muy jodida que en este momento no te importa.



Lo malo es que las personas que más quisite en la vida te abandonaron porque un día decidiste que ya era hora de dejar de pensar en la felicidad de ellos y que te tocaba a tí.



Lo malo es que te salen ampollas en las manos y debes pasar muchas horas frente al Playstation para lograrlo.



Lo malo es que sabes que al subirle el precio estás estafando a todos, pero no tenías más opción.


Lo malo es que se te puede enamorar porque eres muy bueno en el sexo, y la verdad es que no estás para pendejadas del amor.



Lo malo es que está muy, muy lejos, y cruzar esa frontera te puede costar la vida. De hecho, cuando llegas, te das cuenta que estabas feliz en tu tierra.



Lo malo es que de tantas cajetillas de cigarrillos, inevitablemente te vas a morir.



Lo malo es que los niños ahora crecerán con el trauma de saber que sus padres nunca se quisieron, aunque tú ganaste la felicidad en el juicio.



Lo malo es que ese artista ni te salude ni te firme un autógrafo, por mucho que hayas esperado en el frío de la noche afuera del hotel.



Lo malo es que debes ser muy ciudadoso en que esta chica con la que amaneciste no te llame a la casa porque puede contestar tu mujer.



Lo malo es no saber si apoyar las acciones de ese presidente ha sido lo correcto o estás quedando como una bestia, pero por una inexplicable razón, dar la vida por ese hijo de puta que ni le interesas te hace feliz.



Lo malo es que no entiendes por qué necesariamente hay que casarse, carajo.




Felizmente a mí no tiene por qué importarme nada, solo ver arder el mundo. Eso me hace feliz. 
¿Es algo malo?



Mi solución ante el alza de la luz.

(Del mismo creador del plan "Un verde por persona")

Que nadie pague nada, a ver si son capaces de cortarle la luz al Ecuador entero. Según mis cálculos, cederán y quitarán esos impuestos subidos.

El pueblo siempre decide. Porque cuando encuentras algo caro, simplemente no lo pagas y punto.

Ese debe ser el castigo, no solo a este, sino a todos los gobiernos del mundo que están tan enamorados del petróleo que nunca se preocuparán por buscar nuevos combustibles alternativos (¡Consumimos combustible fósil, por la gran puta!). Ellos nos llevarán a la ruina energética.

Tú que no caminas, que gastas tanta agua para mojarte el pelo, que te da vergüenza andar en bicicleta, que escuchas huevada de música a todo volumen, que eres lo que hace de este vecindario un sitio desagradable para vivir: No pagues y vive la vida.

¿Loco? Posiblemente, pero lo cuerdo y razonable no ha funcionado.